La OEX encara un programa que huele al aire del lugar donde uno pertenece. Comenzaremos con la obertura de un singspiel de enredo que Mendelssohn compuso para la celebración de las bodas de plata de sus padres. A continuación, el Concierto para violín de Dvořák, que siempre acababa volviendo a la música de su tierra natal, a pesar del sentimiento anticheco que empezaba a despertarse en la capital del Imperio por las pulsiones nacionalistas en la Bohemia. Y para acabar, Mozart en su plenitud, como lugar al que tantos grandes compositores regresan como quien regresa a casa.