Vivimos una temporada de celebración y eso tiene que notarse. La juventud expresiva que emana de la batuta de Nicolò Umberto Foron es buena acompañante para la ocasión. Para empezar, ¡Fiesta! de Jimmy López, pensada como una unión de ingredientes aparentemente incompatibles: tradición europea, ritmos latinoamericanos, giros afroperuano, el influjo del pop y los hipnóticos patrones de tecno. Un verdadero puente entre espacios culturales. Y The bridge, se llamaba precisamente el ciclo de poemas del que salió el título de Appalachian Spring, música de Copland para el ballet de Martha Graham. Decorados esquemáticos para mostrar la “estructura ósea de la vida de un pueblo”. Una utopía retrospectiva de la sencillez, una celebración del espíritu pionero americano, la juventud y la primavera. Entre la multitud, el sibilino Joker contempla el festejo con una sonrisa angulosa como la música de Stravinski.